Lo que
más me ha gustado del libro ha sido que hace un idioma secreto con cruces y se
pelea con sus hermanos cuando lo fastidian, como en Tom Gates. Y quiere a dos chicas (Juanita y Yolanda): eso me ha
hecho mucha risa.
Como es
fin de semana, voy a casa y todo se junta: hacer las maletas, despedirte del
personal, aguantar los nervios, la mala leche y la tensión, cerrar la casa,
aguantar la expresión de los que aún tienen una semana de vacaciones hasta el
30, que te miran con cara de pensar “Pobrecillos, ya se les acabó”, la caravana
de las narices, porque todo el mundo se va a la misma hora, llegar a casa y
volver a deshacer las maletas, recuperar las sensaciones de tu habitación, de
tu entorno y darte cuenta de que la vida sigue, sigue y sigue… Dormir de nuevo
en tu cama, despertar al día siguiente y darte aún más cuenta de que la vida
sigue, sigue y sigue… Y por último, acabar passssssando de todo.
Al volver
al cole la nueva Yolanda me ha sorprendido porque ha cambiado mucho. Ahora es
todo tetas, culo y ha pegado un estirón. Y encima me ha invitado al cine. Hay
un chico que me pega y lo llamamos El Bocas. Leo, Yolanda y yo tenemos una
banda de música.
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