viernes, 13 de marzo de 2020

Diario de un pardillo




Lo que más me ha gustado del libro ha sido que hace un idioma secreto con cruces y se pelea con sus hermanos cuando lo fastidian, como en Tom Gates. Y quiere a dos chicas (Juanita y Yolanda): eso me ha hecho mucha risa.
Como es fin de semana, voy a casa y todo se junta: hacer las maletas, despedirte del personal, aguantar los nervios, la mala leche y la tensión, cerrar la casa, aguantar la expresión de los que aún tienen una semana de vacaciones hasta el 30, que te miran con cara de pensar “Pobrecillos, ya se les acabó”, la caravana de las narices, porque todo el mundo se va a la misma hora, llegar a casa y volver a deshacer las maletas, recuperar las sensaciones de tu habitación, de tu entorno y darte cuenta de que la vida sigue, sigue y sigue… Dormir de nuevo en tu cama, despertar al día siguiente y darte aún más cuenta de que la vida sigue, sigue y sigue… Y por último, acabar passssssando de todo.
Al volver al cole la nueva Yolanda me ha sorprendido porque ha cambiado mucho. Ahora es todo tetas, culo y ha pegado un estirón. Y encima me ha invitado al cine. Hay un chico que me pega y lo llamamos El Bocas. Leo, Yolanda y yo tenemos una banda de música.

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